“El 24 de enero de este año (1871) fue un día de grande tristeza aunque dulce, para toda nuestra Comunidad. Por la mañana,  después de la Santa Misa, se despidieron a las afortunadas Hermanas que, después de oraciones particulares y especiales hechas para conocer la santa Voluntad de Dios, fueron designadas por las queridas Superioras al cargo honorífico y oneroso de fundar nuestra primera Misión Extranjera.

¡Fue una escena desgarradora! De ambos lados, sin embargo, fue un dulce consuelo la resignación a la Voluntad de Dios, la cual se había mostrado de una forma tan clara en este asunto de no dejar absolutamente ninguna duda! Nuestras excelentes Madres, Generales y Locales, acompañaron a las afortunadas Misioneras a Génova, donde S.E. Mons. Juan Barbero ya las esperaba; regresaron el día 28, habiendo zarpado el barco sólo la noche anterior “(Crónicas del Instituto vol. I, p. 97).

Habiendo llegado a Bombay el 19 de febrero de 1871, “las hermanas que deseaban llegar a su nuevo apostolado, salieron de Bombay en tren hacia Gulbarga, la terminal de la línea ferroviaria. Allí las encontró el Padre Fattori. La siguiente parte  del viaje fue típicamente indiano,  con bullock cart  (es decir, un carro trajinado por bueyes). Viajaron de noche para evitar el calor y, a intervalos, bajo la luz de la luna. Cuando se detenían a descansar bajo los árboles, encendían fogatas para protegerse de los animales salvajes. A pesar de las dificultades y peligros, continuaron heroicamente su camino hasta llegar a Hyderabad el 3 de marzo de 1871. Esa misma tarde tomaron el camino hacia Secunderabad donde recibieron una bienvenida real, incluso con el acompañamiento de una banda”. (de Shalom, p. 5)

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